jueves, 6 de marzo de 2008

Cumplia ordenes...

Milgram, psicologo norteamericano a finales de los años sesenta, tampoco podia creer que Adolf Eichmann, juzgado por crimenes contra la humanidad por sus actuaciones durante el regimen nazi no fuera un perturbado.
“Nadie tortura sin odio y solo por cumplir ordenes...” se dijo para si mismo...

Eichmann, durante su juicio, aseguro no tener ningun tipo de odio a los judios y parecia un tipo normal: padre de familia, una vida corriente, parecia alguien incluso aburrido. Pero tenia que pasarle algo...


Milgram, a raiz de esto, se propuso investigar sobre si es posible que alguien, sin ningun tipo de patologia mental, en condiciones normales y conocedor de las consecuencias de sus actos podria torturar a otra persona.
Esta claro, que lo que Milgran queria descubrir es que esto no era posible y para comprobarlo diseño un peculiar experimento...

A traves de anuncios en un periodico consiguio reunir un grupo lo bastante amplio de hombres entre 25 y 50 años, convocados para lo que el presentaria como un estudio sobre el aprendizaje, puesto que el explicar los propositos verdaderos del estudio influiria en los resultados.
El caso, es que Milgram fue conociendo uno a uno a este grupo de hombres (Los habia de todos los tipos, sin variables predominantes para que los resultados del estudio pudieran ser significativos) y les explico como funcionaba el experimento.

El primer paso era hacerle conocedor al sujeto de su rol en el experimento. Este, seria un maestro encerrado en una habitacion que leeria pares de palabras a otro sujeto que actuaria como alumno situado en una habitacion contigua.
El alumno debería ser capaz de recordar la segunda palabra del par después de que el maestro le dijese la primera.

Si el alumno fallaba en su contestacion, el maestro, para reforzar su aprendizaje, le daria una descarga electrica con solo apretar un boton.

Al maestro (sujeto de estudio) se le mostraba la habitacion en la que el alumno se situaria. Esta estaba perfectamente equipada con todo lo necesario para la investigacion: una silla con correas (para impedir los movimientos) un electrodo (que se colocaria en el brazo del alumno) y crema (para evitar las quemaduras)....Todo estaba pensado.

De vuelta a su habitacion, el experimento comenzaba. El maestro leia en voz alta y a un microfono sus pares de palabras y ante la respuesta incorrecta del alumno...pulsa el boton.
Al principio del experimento las descargas son leves, tan solo incomodas para el alumno, pero a medida que este se equivoca mas en sus respuestas, la intensidad de las descargas aumentaba y con ello las reacciones del alumno que el maestro podia escuchar:quejas, gritos, movimientos de la silla, ...

(El alumno en realidad no es un sujeto de estudio, solo un compañero de trabajo de Milgram que pulsa el boton de una grabacion sin que el maestro lo descubra)



El maestro (fuese el sujeto que fuese) como es de comprender se ponia nervioso... Para esta situacion prevista, Milgran jugaba en su experimento con 4 frases “ Por favor continue”, "El experimento requiere que continúe", "Es absolutamente esencial que continúe" y por último: "No tiene elección. Debe continuar". Si alguien se negaba a continuar con la tortura despues pronunciada la ultima frase. El experimento acabaria.

Las expectativas de Milgran y otros psicologos y psiquiatras del momento eran bajas o nulas a este experimento. “El porcentaje de obediencia sera de un 0% .... si alguien aprieta el boton...veremos una descarga maxima de 130 voltios” comentaba a los demas y se decia a si mismo.

Sorprendentemente el 63% de los hombres que participaron en el experimento obedecio, llegando a los 450 voltios de descarga, incluso cuando a partir de los 300 voltios el sujeto no daba señales de vida.

Al acabar el experimento, todos los maestros se arrepentian de lo ocurrido...y suspiraban aliviados al saber que al otro lado de la habitacion nadie habia sido herido.

Durante mas de 2 decadas Milgram y sus compañeros de trabajo realizaron este experimento en distintos paises incluyendo diferentes variables: compañeros que le animan a pulsar el boton (el sujeto llega a los 450 voltios en el 93% de los casos) o que le reprimen de hacerlo (10% de participacion), lejania de la habitacion (65% de obediencia) y cercania, misma habitacion...todo un show montado con actores... (40%) u otras variables...

Milgram hizo que este experimento se convirtiera en el mas famoso de la psicologia social.


Conclusion:
Las personas que cumplen ordenes, en una escala de jerarquia, atribuyen la responsabilidad de sus actos a la persona de mayor autoridad, porque esta es considerada como legitima.

Cuando los individuos nos responsabilizamos de nuestros actos la obediencia cede...cuando la responsabilidad es de otros, obedecemos las ordenes.


Eichmann tan solo obedecia ordenes...o no...

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